VN2: ¿Qué es un árbol?
Volcán nevado: Parte 2/5.

¿Qué es un árbol?
No es la herramienta para construir casas, instrumentos, tampoco el requisito fundamental para crear hojas de papel como en las que estoy escribiendo en este momento. Eso no es más que lo que seres humanos hacemos con los árboles. En otras palabras, eso solo es arquitectura, diseño industrial o incluso la mismísima madereria, cuestiones englobadas por la artificialidad. Un árbol es lo opuesto de lo anterior, porque más importante que un libro donde escribir, esta el aire que tenemos el lujo de, todavía, poder respirar.

Estructura tangible, con figura abstracta de índole artística, tronco y ramas marrón, hojas de algún que otro verdor. De cerca puede sentirse una energía fría que ellos mismos dejan fluir, llamada aire. Sus raíces inmersas en la tierra podría tranquilamente tener las mismas circunvoluciones que mantienen en el exterior, en forma de ramas:
Exterior en aire e interior en tierra podrían cumplir el rol de verse reflejados en un espejo.
De lejos, podemos ver al árbol como un ser vivo pacifico, lento, paciente. Opto por creer que tienen movimiento, pienso de ellos como seres que al mover sus extremidades crean el viento, desmintiendo la idea de que el viento es quien mueve sus hojas. Y pensé:


“Admito sentirme invitada a formar parte del bosque. Como si no lo fuera. Como si la humanidad entera no formase parte de cada bosque. Insisto, al seguir preguntándome en qué momento desarrollamos tal dualidad que nos mantiene anestesiados, dormidos, el porque nos excluimos de lo que nos mantiene en vida. En fin, llegué a convencerme de que los árboles se mueven por sí solos, como todo ser vivo. El viento no es más que una agitación del aire en distintas velocidades, generada por cada planta al moverse.”

El sol iba saliendo, de a poco todo se llenaba de luz anaranjada. Jamás había presenciado un amanecer tan carismático, y lo supe cuando su iluminar hizo contacto con mis lágrimas de nostalgia hacia mis tierras y al mismo tiempo de admiración a la naturaleza del mundo entero. Al fin y al cabo, son los episodios naturales los que carecen de tanto etiquetado. Me sentí identificada con tal mundo, me percate de lo mucho que quiero librarme de mil cuestiones poco diplomáticas para sólo ser y fluir, en algún mundo lejos de la falsa espiritualidad.

Afuera hay caos, mientras que internamente el caos no existe, al menos no más allá de su significación verbal y la energía mental que le podemos asignar. ¿Porque situar a los desastres naturales en caos malo, cuando no es más que solo caos?
Sin índoles.
Hay oscuridad por las noches, hay descanso.
Luz durante el dia no hace más que darnos la vida.
¿Y aun así buscamos más?
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